Castro-Urdiales es la deficición perfecta de pueblo
marítimo, pues todo el pueblo esta bañado por la frío e inmenso mar cantábrico.
Al pasar navegando enfrente de Castro reconoces al instante donde estas, puesto
a que gozas de las vistas de la colosal iglesia de Santa Ana de principios del
siglo XIII; el faro, encendido por primera vez en 1853 y el puerto marítimo.
Al entrar por el puerto quedas impregnado de la tranquilidad
que en Castro se respira, viendo como todos los barcos son mecidos por el mar y
a su vez, las firmes casas quietas sobre sus vigas en el borde del mar.
Según bajas de tu embarcación llegas a una gran recta, el
parque Amestoy, tan nuevo como los turistas que vienen a Castro en verano a
disfrutar de la tranquilidad y las playas. En la zona oeste de Castro esta la
playa artificial de Ostende, siendo un rincón precioso al atardecer y en la
zona oeste, esta la playa de Brazomar, algo mas pequeña pero de fina arena
clarita.
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